Por José SANTANA G.
GUERRA, PROVINCIA SANTO DOMINGO.- No es casualidad ni mucho menos, que mucha gente coincida en afirmar que el hospital regional Elvira Echavarría viuda Castillo de este municipio es un verdadero desorden, tanto administrativo como en el orden de su dirección médica.
No dejan de tener razón quienes tienen que enfrentar diariamente, o con mucha frecuencia la apatía y la dejadez de un personal que, salvo raras excepciones, casi siempre brinda un servicio de mala calidad, y como dicen algunos usuarios “como si le estuvieran haciendo un favor a uno”.
Para comprobar esta cruda, triste y penosa realidad, basta con acercarse una mañana y ver como la improvisación de un personal, en su mayoría indolente ante personas que asisten a veces sin algún familiar, no se le presta la atención necesaria. Pero la falta de solidaridad se extiende más allá; grupos de embarazadas de pie sin que nadie se digne en brindarle un asiento, por ejemplo.
Duele observar a personas que llegan horas más tarde que las que pierden su sueño para madrugar y conseguir un turno “bajito” sin embargo, una viva o un vivo le arrebata esa posibilidad. Pero lo más triste de esta situación es que no aparece una autoridad que frene este desorden.
Y ni hablar de la falta de información, algunos médicos se quejan, porque tienen que fungir como médico y como informante, ya que tienen que brindarle este servicio a la mayoría de sus pacientes, luego de terminar la consulta. Es como andar perdido en un laberinto constante del que no se sabe a ciencia cierta si se saldrá peor que como se entró.
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