NUEVA ORDENANZA DEL CONSEJO DE EDUCACIÓN: UN GOLPE BAJO A MILES DE PROFESIONALES

Por José Santana Guzmán 

El 22 de noviembre del año 2017, el Consejo Nacional de Educación, emitió la Ordenanza No. 27-2017 que Actualiza el Marco Normativo de la Habilitación Docente y al mismo tiempo deroga la Ordenanza 3´2001 que Establece el Curriculum del Certificado en Habilitación Docente. 

Esta ordenanza, sin duda que viene a ser un ¨palo asecha´o¨ a miles de profesionales de distintas ramas del saber que desde hace años y en los últimos meses se había venido sacrificando por obtener un título en habilitación docente en las diferentes universidades del país que imparten ese posgrado. 

¿Por qué lo catalogo de esa manera? Pues por las razones que les voy a exponer a continuación: 

1ro: El Artículo 9 de la Ordenanza 27-2017, deroga completamente la anterior (3´2001) y cualquier otra normativa que le sea contraria. Esto implica, de inicio, que quienes nos formamos bajo esa ordenanza (3´2001), de por sí ¨legalmente¨ ya estamos en el limbo, si no fuese esa la intención, lo establecería la nueva, al menos como transitorio. 

2do: La ordenanza 3´2001, en su Artículo 20 establece con claridad, lo siguiente: “Los participantes del Programa serán los/las profesionales de otras carreras que no cuentan con formación pedagógica. Serán aquellos/as docentes en servicio en los niveles de Educación Básica, Educación Media y Técnico Profesional, así como también otros/as profesionales interesados/as en ingresar al sistema educativo que poseen el nivel de licenciatura o equivalente¨. 

Sin embargo, la ordenanza 27-2017 en lo poco que detalla sobre a quiénes va destinada la Habilitación Docente, está contemplado en el Artículo 3 y establece claramente que sólo es para el personal que trabaja en el sistema educativo dominicano. 

Estamos hablando de que, como esta ordenanza le da la potestad al Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología para que legalice y avale los certificados de Habilitación Docente, el reto que enfrentamos ahora quienes quedamos fuera de dicha ordenanza, es lograr que el MESCyT quiera certificarlos, porque lo más probable es que a la hora de hacerlo quieran regirse por la nueva ordenanza –y de hecho tendrían razón- de lo contrario, quedamos fuera.