Por Teodoro de la Cruz
Hoy quiero referirme a un tema que de cuando en cuando escucho en los medios de comunicación masiva, pero que de igual manera el Estado le importa un comino, pues no hacen nada para tomar los correctivos de rigor. Me refiero a las carreras de los motoristas.
El día 12 de abril del 2018 (ayer), en hora de la tarde, dos jovencitos de nuestro municipio San Antonio de Guerra, perdieron la vida en una de estas fatídicas competencias en el tramo de la carretera que conduce de Mata de Palma a Bayaguana.
Dos jóvenes que si las autoridades competentes, en representación del Estado estuvieran haciendo su trabajo, tal vez hoy no estuviéramos lamentando su partida a destiempo.
Uno de ellos estudiaba en el 4to. año de bachillerato en el liceo que dirijo, hoy no irá a las Pruebas Nacionales, porque ninguna autoridad puede sancionar estas mortales carreras.
Hoy tenemos un organismo unificado de todas las (TTTTT) del transporte que existían, cuyo nombre es tan largo que les dejo a mis lectores lo investiguen como tarea para cuando les toque buscar el visado americano, pero que está llamado a regularizar el tránsito a nivel nacional. Sin embargo, en las propias narices de los funcionarios que dirigen esta entelequia pasan nuestros jóvenes como VeJ-y Chimpancé. (A mil por horas).
No sé cuál es la política del Estado en los Objetivos del Milenio, en cuanto a la juventud se refiere y si es que los tiene. Pero de lo que sí pueden estar seguros mis queridos lectores es que deben ir planificando para el 2050 la importación masiva de jóvenes, porque la población con la que contamos se puede decir que está en peligro de extinción.
No quiero decir que nuestros muchachos estén locos, pero creo que muchos están haciendo el curso con este fin, pues sólo esto explica que una persona con estas características ponga en riesgo su propia vida y las de los demás.
Las autoridades se hacen de la vista gorda ante una epidemia como esta que ha causado tantas muertes en la población productiva del país, sin embargo, hacen un alarme por un solo caso de difteria, importado de Haití. Hay que vacunar a la población completa (con lo que estoy de acuerdo), pero también, deben hacer una campaña masiva de sometimientos y sanciones ejemplares contra todos aquellos que organizan esta carreras de la muerte, comenzando con los mecánicos que preparan las máquinas para tales fines, porque como lo expresara José Ortega y Gasset. "En la justicia de los cuernos, hasta quien hace la cama es culpable"
Buen día para todos.
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