viernes, 16 de marzo de 2018

OPINIÓN: DA PENA Y VERGÜENZA


Por Pedro de la Cruz 

República Dominicana forma parte de los trece países que conforman las islas del mar Caribe, así como también, uno de los países integrantes del Continente Americano.
Su sistema de funcionamiento descansa en los tres poderes del Estado: (Ejecutivo, Legislativo y Judicial, siendo esta estructura, el producto de la redacción de la Constitución del 6 de noviembre de 1844. 
El Poder Legislativo está integrado por dos cuerpos o Tribunado: Cámara de Diputados, y Consejo Conservador (correspondiente al actual Senado), ambos cuerpos es lo que la Constitución Dominicana denomina Congreso Nacional. 
Una vez un competidor electoral congrecional obtiene el triunfo y es juramentado a ocupar su puesto, sus actuaciones de vida legislativa deben ir en consonancia con los articulados constitucionales que ellos mismos elaboran. 
El Capítulo II (2) de la Constitución de la Republica en su Artículo 7, referencia como elemento esencial de Derecho, el respeto de la dignidad humana…pero el Artículo 8 hace mayor énfasis respecto a este mandato cuando dice: 
Es función esencial del Estado, la protección efectiva de los derechos de la persona, el respeto de su dignidad y la obtención de los medios que le permitan perfeccionarse de forma igualitaria, equitativa y progresiva, dentro de un marco de libertad individual y de justicia social, compatibles con el orden público, el bienestar general y los derechos de todos y todas.
Después de leer dicho contenido es oportuno revisar la Declaración Universal de Derechos Humanos que con posterioridad, el concepto de dignidad humana fue retomado por los dos pactos internacionales de derechos humanos de 1966 y por la mayoría de los instrumentos condenatorios de una serie de prácticas contrarias al valor esencial de la persona como lo son las discriminaciones de todo tipo.
Es partiendo de dicho contenidos institucionales que se hace pertinente reclamar a los legisladores, descontinuar la práctica oportunista y atropellante a la dignidad humana como es, la entrega de dádivas a infelices hombres y mujeres de nuestros campos y barrios marginados, entrega, esta que lo único que busca es agradecimiento para fines electorales, lo cual queda evidenciado con la publicación en los medios de comunicación de tan degradante práctica. 
No es esta la forma de luchar contra la pobreza. ¿Por qué no hacen propuestas de contenido realmente humano?...pero no, prefieren ir de espalda al vigoroso Poder Constitucional, y Declaración Universal de los Derechos Humanos. 

En la visita realizada por el santo padre a los obispos de Gambia, Sierra Leona y Liberia expresó lo siguiente: 

“La lucha contra la pobreza comienza por el respeto de la dignidad del hombre” 

El curso de la vida nos ha demostrado, que la situación de la pobreza no es solo falta de capacidad en la producción de bienes y servicios que les permitan al ser humano vivir con dignidad, quien discrimina, quien atropella la dignidad de la persona, quien discrimina exhibiendo dádivas, genera en el individuo baja autoestima, y una acentuada estigmatización social y cultural, sin embargo, con este planteamiento no quiero dejar sentado que los legisladores no jueguen su papel social, esto es diferente. A lo que me refiero es que: para ayudar a una persona con cualquiera necesidad, no tenemos que exhibirlo por uno ni cien canales de comunicación.
Esas prácticas tienen otro nombre: denegación de la dignidad humana. 

"No me pregunten qué es la pobreza, ustedes la han visto frente a mi casa. Miren la casa y cuenten el número de agujeros. Vean mis utensilios y la ropa que tengo puesta. Examínenlo todo y describan “lo que ven. Esa es la pobreza".

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