OPINIÓN Espacio Prudente
(Primera parte)
Tras producirse en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) el VIII Congreso Comandante Norge Botello, el día 14 de agosto del año 2013, en el cual fue aprobado por los diferentes organismos integrantes de la estructura política fundada por el profesor Juan Bosch el 15 de diciembre del año 1973, las nuevas estrategias de la organización política, en las cuales abunda un punto concerniente a la eliminación de manera radicar y en sentido práctico de los Círculos de Estudios, formadores (socio-político, económico e histórico…pero a la vez, medio de exposición de los conocimientos y discusión democrática de los aspectos que regían al partido) de los integrantes de dicha organización política y que hoy se habla en los carriles desfigurados del partido de rescate.
Cabe señalar, que el cambio e implementación de dicha estrategia, tuvo su fundamento en la creencia de sus promotores más sobresalientes del momento histórico y que hoy nos permiten expresar opiniones o sustentaciones de debates públicos (por la no existencia de círculos) que solo la práctica va identificando, en el entendido de que las características o causas sociales y políticas que dieron como resultados el surgimiento de la organización habían desaparecido… por lo que de manera errónea, entendieron inoportuno continuar el despliegue ideológico y organizativo de la organización a partir de los círculos de estudios, su disciplina y métodos de trabajo, aspectos éstos que caracterizaron a nuestro partido como una fuerza política con ribetes esencialmente progresista y anti-imperialista al servicio del pueblo dominicano.
De tal situación se han desprendido muchos criterios autoreprimido y uno de ello es: de que, si bien es cierto que las circunstancias del origen partidario sufrieron grandes transformaciones sociales y políticas, no es menos cierto que constituye una responsabilidad esencialmente patriótica de nuestra organización política, independientemente tenga o no el control del Estado, la difusión y enseñanza de los principios que nos dieron origen, cuestión ésta que la veo difícil retomar, por el hecho patético de que concomitantemente con la desaparición de los principios de origen partidario, se ha producido un evidente cambio en las relaciones personales, actitudes políticas, valores, visión de beneficio general, visión global del mundo, visión sobre los fenómenos sociales internos que nos rodean y cosas intangibles que como las buenas emociones y sentimientos hacia los compañeros nos caracterizaban como peledeístas, es decir, no creo que con el estilo de vida teórico-práctico aburguesado de un gran segmento direccional del partido se puedan reiniciar las grandes jornadas de rescate ideológico que amerita la entidad política.
Veo difícil la consecución de dicha iniciativa de rescate del pensamiento de don Juan, no hay manera de volver a situarnos como partido en la esfera del pensamiento, actuación política y vida personal de Juan Bosch; el cual nunca practicó la política a favor de los pobres, viviendo en grandes mansiones, con grandes villas y almorzando en los mejores restaurantes, independientemente sus dotes personales le pudieron generar las facilidades para la obtención honroso de medios materiales que les permitiese un estilo de vida económico en abundancia, al estilo de un “Ciudadano” de la antigua Crecía, por lo que creo profundamente que tal planteamiento resume las emociones interminables de un cuento de “HADAS” Si eso sucediera, ¿De qué les hablarían para la recuperación de los principios BOCHISTAS abandonados, de ética, de moral, de buena conducta, del humanismo que practica nuestro maestro?
De producirse tal acontecimiento estaríamos memorizando al filósofo Abraham Rubín, el cual sostenía la creencia “en que pueda llegar un acontecimiento –salvador o catastrófico– es algo común a toda época inestable”
(El autor es abogado, periodista, odontólogo y político)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario