lunes, 7 de agosto de 2017

OPINIÓN: PARTIDOS POLÍTICOS POR DOQUIER



Por Pedro DE LA CRUZ 

La cantidad de grupos o partidos políticos que abundan en República Dominicana es sumamente sorprendente, y muy bien podríamos identificar una serie de elementos causales que explican de manera precisa la inquietud observada.
En primer lugar, desde mi percepción, entiendo que las razones principales que genera la presente inquietud son: 

1- La toma de las decisiones políticas de los partidos tradicionales al margen de los niveles orgánicos más bajos (son generadores de estímulos personalistas antidemocráticos)
2- El comportamiento anti-ético de los partidos, que en etapas muy bien conocidas de nuestra historia nos han gobernado. 

3- El afán diversificado de sus líderes, por la obtención de la principalía direccional de sus organizaciones. 

4- El afán sin frontera de sus líderes por la conservación en unos casos y la obtención en otros de poder político y económico (ver corrupción tradicional)

5- El enjaulamiento ideológico a que han sido sometidos por las potencias económicas del mundo, los dirigentes políticos que pregonaban cambios sociales revolucionarios. 

6- La pérdida de los valores patrios. 

7- La prostitución económica implantada en la Junta Central Electoral (JCE) por los componentes del destino del sistema, los cuales se ponen de acuerdo en procura de generar acciones que les sean favorables, tanto en lo personal como en lo político, lo que los convierten sin lugar a duda en un “Cartel” que gira a espalda de los trabajadores que pagamos impuestos. 

Las frases acorchadas de esperanzas que nos ofertan los partidos en tiempos de campaña, se dramatizan en las necesidades angustiantes de la población, pero también, sus prácticas nos dibujan un teatro de espeluznantes dramas de unión transversal entre los carpinteros de la política; cuyo folder de vida se expresa en la construcción de sus diseños personales, y por qué no decirlo, para los intereses de sus financistas.

Con desesperación están dedicados a cuidar la propia parcela de poder y mantener el status quo de un sistema aberrante, dueño absoluto de un panorama social cuya definición humana sólo ha servido para levantar el culto a la personalidad; embrutecer a los débiles y acumular fortunas económicas al estilo del sátrapa Trujillo.
La configuración abundante de partidos políticos al estilo de la clasificación empresarial, lo ubica con una fisonomía altamente personal y egocentrista, los cuales no ronronean palabras como equidad, la gente, la comunidad, y mucho menos evidencian vocación de servicio social, y cuando lo hacen, la experiencia nos ha indicado los elementos contaminantes de sus iniciativas. 

No obstante, por esta situación se hace necesario continuar militando en los carriles de las organizaciones y desde allí tratar de generar cambios de mentalidades, aunque lógicamente, esto puede significar un gran peligro para su persona, ya que defender lo honesto, lo moral, lo ético y lo digno genera en lo que ven la política un medio de subsistencia económica, un clima de rechazo hacia su persona.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario