martes, 23 de julio de 2019

OPINIÓN: DANILO MEDINA Y “LAS 48 LEYES DEL PODER”: A PROPÓSITO DEL DISCURSO


Por José Santana Guzmán

   Uno de los manuales clásicos sobre cómo conquistar el poder, cómo mantenerlo y cómo salir él con poder, lo trazó el escritor estadounidense Robert Greene, y se titula “Las 48 leyes del poder”. Por tanto, a propósito de este texto, al parecer el presidente Danilo Medina hace uso magistral de la ley número 17 del citado texto, la cual establece: Mantenga el suspenso. Maneje el arte de lo impredecible. Según el citado autor, esta ley, posee como criterio básico que el ser humano es hijo del hábito y posee una necesidad insaciable de sentirse familiarizado con las actitudes de quienes lo rodean. Y establece, si usted se muestra demasiado predecible, confiere a los demás la sensación de tener cierto control sobre usted. Invierta los papeles: muéstrese deliberadamente impredecible… (Véase: Greene, Robert. 2010: Las 48 leyes del poder. 21a Edición. Atlántida, Buenos Aires. Pág. 171).

   Es indudable que el presidente Medina ha mantenido por más de tres años una actitud impredecible no sólo ante la opinión pública en sentido general, sino, además, entre gente muy cercana a su entorno. Este sagaz político ha demostrado con hechos tener control absoluto del escenario electoral actual y futuro del país, y lo demuestra a través de este enigmático y significativo discurso, cargado de una semiosis confusa que, indudablemente dificulta su lectura en torno a su posición frente a la situación electoral actual, esto es, en torno a la candidatura presidencial de su partido (el cual no mencionó en ninguna ocasión).

   Frente a un escenario de esa naturaleza, el sector que lidera el expresidente Leonel Fernández, hoy amanece con un discurso distinto con relación al pronunciado por su adversario interno. Sin embargo, dejan de lado algo muy importante y que deja mucho que pensar dentro de esa esperada alocución. Me refiero a ciertos conceptos como por ejemplo: “sangre nueva”, el cual se presta a muchas lecturas, sobre todo, al posible apoyo de Medina a una figura nueva dentro del PLD.

   Hay quienes afirman que no hay tiempo para crear un candidato o candidata nueva dentro de esa organización. Sin embargo, deben recordar que hasta el momento, en la República Dominicana, cuando un presidente de turno se ha visto impedido de presentarse a otro período de manera constitucional, y ha tenido que apoyar a otro candidato, éste ha salido airoso, y el mejor y más reciente ejemplo lo encontramos en el propio Leonel Fernández quien, en las elecciones de 1996, prácticamente saliendo de la nada (políticamente hablando) recibió el apoyo de Joaquín Balaguer y se alzó con el poder, frente a un liderazgo y a un partido fuerte como lo era en ese entonces el PRD, con un Peña Gómez a la cabeza.

   Hoy, los escenarios se muestran más favorables, incluso, ya que estamos hablando de un presidente Medina que, luego de este discurso se crece aún más, y por tanto, aumenta su valoración a niveles insospechables. Por consiguiente, aquel que logre tener la dicha de ser el “elegido”, sin duda alguna que será, si no el candidato oficial del PLD, de seguro le dará, como dice el pueblo, mucha agua de beber a Leonel y su equipo en el caso hipotético de enfrentarse en una primarias abiertas.

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