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| Vista frontal del mercado de Guerra en la actualidad. |
Una mala repartición de los locales seria la causa principal de que a siete meses de la distribución, la obra no esté en funcionamiento
Por José SANTANA G.
SAN ANTONIO DE GUERRA, PROVINCIA SANTO DOMINGO.- Lo que en principio fue concebido por su iniciador, juan Silverio Reyes (Agapito) hace aproximadamente nueve años, hoy yace entre los escombros, la basura y el olvido.
El simple hecho de imaginar que un municipio como el nuestro, lleno de precariedades se da el lujo de ver perdido más de 20 millones de pesos, sin que al parecer a nadie le duela esta situación.
Algunos directivos de la Asociación de Mercaderes de Guerra, atribuyen este abandono a la mala distribución de los locales y las mesas, ya que según ellos, se hizo de manera política y no se tomó en cuenta a las personas que se dedican verdaderamente a la venta de productos, lo que ha conducido a que la mayoría haya vendido el bien municipal que adquirió mediante un contrato, el cual según la alcaldesa Marcia Rosario está dispuesta a rescindir en cualquier momento a quienes no le den la utilidad acordada.
Rafael Santana (Manzanero) quien se dedica al comercio desde la Asociación de Detallistas de Guerra, además es vicepresidente de la Asociación de Mercaderes de Guerra, que a su vez preside el colono Jesús Ferreira. Él asegura que este último prometió que el Mercado Municipal estará abierto a más tardar este 14 de marzo, y que si no logran reunir la mayoría de propietarios (arrendatarios) de mesas y cubículos, comenzarán con los 7 u 8 que están dispuestos.
Esta situación, considera Manzanero, ha sido el principal obstáculo para que se haya atrasado la apertura del esperado mercado, ya que el cabildo no puede (a su juicio) pagar la empleomanía que se requiere, porque no es posible con esta cantidad de vendedores cubrir esos gastos: Cerenos, personal de limpieza, entre otras vacantes. Con lo que se colectaría por el pago de impuestos serían una carga que al parecer las autoridades no están en disposición de asumir.
Mientras tanto, al pueblo sólo le queda mirar con impotencia el deterioro progresivo de una estructura que a simple vista parece estar lista para entrar en función, pero que se pierde en un limbo absurdo, producto de las malas administraciones, que sólo piensan en repartirse el pastel como una piñata, sin pensar en el bien común tal y como lo expresa la esencia misma de la Política.
SAN ANTONIO DE GUERRA, PROVINCIA SANTO DOMINGO.- Lo que en principio fue concebido por su iniciador, juan Silverio Reyes (Agapito) hace aproximadamente nueve años, hoy yace entre los escombros, la basura y el olvido.
El simple hecho de imaginar que un municipio como el nuestro, lleno de precariedades se da el lujo de ver perdido más de 20 millones de pesos, sin que al parecer a nadie le duela esta situación.
Algunos directivos de la Asociación de Mercaderes de Guerra, atribuyen este abandono a la mala distribución de los locales y las mesas, ya que según ellos, se hizo de manera política y no se tomó en cuenta a las personas que se dedican verdaderamente a la venta de productos, lo que ha conducido a que la mayoría haya vendido el bien municipal que adquirió mediante un contrato, el cual según la alcaldesa Marcia Rosario está dispuesta a rescindir en cualquier momento a quienes no le den la utilidad acordada.
Rafael Santana (Manzanero) quien se dedica al comercio desde la Asociación de Detallistas de Guerra, además es vicepresidente de la Asociación de Mercaderes de Guerra, que a su vez preside el colono Jesús Ferreira. Él asegura que este último prometió que el Mercado Municipal estará abierto a más tardar este 14 de marzo, y que si no logran reunir la mayoría de propietarios (arrendatarios) de mesas y cubículos, comenzarán con los 7 u 8 que están dispuestos.
Esta situación, considera Manzanero, ha sido el principal obstáculo para que se haya atrasado la apertura del esperado mercado, ya que el cabildo no puede (a su juicio) pagar la empleomanía que se requiere, porque no es posible con esta cantidad de vendedores cubrir esos gastos: Cerenos, personal de limpieza, entre otras vacantes. Con lo que se colectaría por el pago de impuestos serían una carga que al parecer las autoridades no están en disposición de asumir.
Mientras tanto, al pueblo sólo le queda mirar con impotencia el deterioro progresivo de una estructura que a simple vista parece estar lista para entrar en función, pero que se pierde en un limbo absurdo, producto de las malas administraciones, que sólo piensan en repartirse el pastel como una piñata, sin pensar en el bien común tal y como lo expresa la esencia misma de la Política.
